En sí, las luces en el túnel de Monnàber en la Serra de Tramuntana ya se habían encendido a inicios de febrero. Con la iluminación, el Consell había hecho caso a una exigencia hecha durante muchos años por las asociaciones de ciclistas. La foto de familia con varios políticos del Consell, sin embargo, tan solo tuvo lugar ahora. Una cita, en estos días, sucede a la otra: se abre la prolongación de una calle en Sóller, se ­inaugura la nueva estación de tren en Sa Pobla, se presenta un nuevo albergue en Escorca. Para la inauguración de una calle en Palma incluso se dieron cita representantes de todos las instituciones políticas: se trata de un tramo del paseo Marítimo que se (re)nombró como Avenida Adolfo Suárez, en homenaje al primer presidente español democráticamente elegido después de Franco.

El actual maratón de inauguraciones contrasta fuertemente con lo que sucedía antes. Un proyecto tras otro fue postergado para hacer frente a la crisis presupuestaria. Como al mismo tiempo se subieron los impuestos y se decidió echar un pulso ideológico, los populares cayeron en el favor de los electores. De modo que ahora, en materia de regalos electoralistas, se extrema la creatividad. No solo en lo que a las inauguraciones se refiere: Para congraciarse con los electores, se está echando para atrás más de una decisión que en su día no se meditó lo suficiente. Un ejemplo de ello son las desastrosas consecuencias que ha tenido impedir el acceso de los inmigrantes sin papeles a la Sanidad pública, hace dos años y medio. Esta decisión ahora ha sido revocada.

Semejantes maniobras demuestran hasta qué punto se está improvisando. Como si los electores no tuvieran una memoria a largo plazo. No quieren regalos electoralistas de dudosa fecha de caducidad, sino la posibilidad de planificar. No el embellecimiento de una plaza a prisa y corriendo, sino, por fin, agua potable sin nitratos. Los problemas sociales y económicos de España son demasiado complejos como para tratarlos de manera cortoplacista según el estado de caja o el cálculo electoral.