En Alemania, a diario, hay millones de ofertas de paquetes turísticos. A ellos se le agregan vuelos, habitaciones de hotel y servicios varios, desde la visita guiada a la ciudad hasta el curso de surf. La búsqueda del viaje ideal puede llegar a parecerse a la búsqueda de un grano de arena en la playa. Y, sin embargo, quien insiste se verá recompensado con una oferta atractiva. Las ventajas de internet a la hora de planificar un viaje son evidentes: gran oferta, mejores posibilidades de comparación, más individualidad, más informaciones y consejos para la estadía.

Pero esta nueva forma de planificación también entraña peligros, y no solo estamos hablando de costes adicionales que a veces se esconden entre las tarifas. En vacaciones vale lo mismo que en la vida cotidiana: quien se parapete detrás de una pantalla, se pierde de la magia del viaje. Google Maps es muy práctico y ahorra tiempo. Preguntar a los lugareños por el camino, no obstante, genera experiencias vitales. Quien se haya perdido una vez en una ciudad, después la conocerá todavía mejor. Y no solo en lo que se refiere a la orientación. Si la mirada no solo se dirige rígidamente a un punto azul, queda espacio para ver edificios, puntos de referencia, personas. Más importante aún: una cierta pérdida de orientación, los puntos muertos y los obstáculos en en el transcurso de un viaje agudizan los sentidos. Páginas como Tripadvisor, basadas en las experiencias y valoraciones de otros viajeros, tienen su razón de ser. Pero los turistas que se limitan a pasar revista a lo que otros ya dieron por bueno ya no necesitan de un espíritu de descubridor. Las páginas web y las aplicaciones informáticas, de este modo, pueden crear mundos similarmente aislados a los de una estancia en un club hotelero. Al igual que tomarse un selfie en una puesta de sol y distribuirlo nmediatamente en las redes sociales resta tiempo para disfrutar del anochecer. Al final, cada cual decide cómo quiere reservar y pasar sus vacaciones. En lo que a las alegrías y las desventuras de internet se refiere, sucede como con tantas otras cosas en la vida: es una cuestión de equilibrio.