Cuando los medios sensacionalistas planifican la cobertura del arranque de temporada en Mallorca, apuestan sobre seguro por un tema: el botellón en la Playa de Palma. No sólo pueden confiar en los turistas de juerga, sino también en la política local que vuelve a sacar o a resucitar las ofensivas, las prohibiciones y las multas. Y, sin embargo, los excesos siguen a la orden del día en la zona turística más importante de la isla.

Si la política de mano dura acaba en parodia, se debe sobre todo al accionismo en el ayuntamiento de Palma y la conselleria de Turismo. En vez de acordar reglas a largo plazo y ponerlas en práctica, los políticos reaccionan después de cada escándalo. Si el periódico "Bild" interpreta la nulidad de la ordenanza cívica como legalización de los cubos de sangría, Cort anuncia multas de 3.000 euros. Si vecinos envían imágenes de una multitud de juerguistas pisoteando zonas verdes, ahí van los líderes políticos a tomarse una foto. Y si en este clima se acerca el inofensivo desfile inaugural de la Playa de Palma, la polonaise, el jefe de la Policía Local en persona se dirige al hostelero organizador.

Sin embargo, no hacen falta acciones, sino más transparencia y fiabilidad. El caos político y jurídico por los cambios de Gobierno y las sentencias apenas se puede transmitir a los turistas. Los carteles amarillentos de prohibiciones en la Playa de Palma son testigos de anteriores ofensivas que en nada acabaron. A ello se añade el problema de que Llucmajor y Palma comparten competencias sobre la misma playa. Y los distintos reglamentos son equívocos. ¿Qué pasa con el turista que toma una caña en la playa sin molestar a nadie? ¿Y qué hay de la utilización de botellas de vidrio?

Tal vez el ayuntamiento ahora tome medidas drásticas. Pero tampoco sorprendería si después de la primera ofensiva ya no se habla más del tema - para que en la primavera del año siguiente vuelva el mismo juego. Sería una buena oportunidad para volver a buscar en el archivo las fotos de los cubos de sangría, siempre a la mano. También así se cuida de una imagen.