Alguien por comentar, todavía? El turno de reproches está abierto. Indignarse está de moda. Ahí están, por una parte, los grandes

turoperadores alemanes que aprovecharon la feria internacional de turismo ITB en Berlín para arremeter a gusto en contra de la política de precios de los hoteleros baleares que supuestamente está espantando a espuertas a jóvenes familias con menores presupuestos. Sostienen que se han encarecido sin mesura los precios de las habitaciones de hotel, eliminado los descuentos por reservas tempranas y aumentado drásticamente el precio a pagar por los niños. Así las cosas, que nadie se extrañe que en verano muchos vuelos chárter acaben despegando hacia Grecia o incluso hacia Egipto. Y tampoco sonaba demasiado amistoso que luego en el sector se hablara de "rancios aires de grandeza alemana".

También se quejan muchos usuarios de Facebook del Mallorca Zeitung sobra la en su opinión no muy lograda reforma del altamente simbólico Balneario 6 en la Playa de Palma, rebautizado tras un lavado de cara en "Beach Club Six". "Horrible", "¿A qué viene ese frente de madera?" o, sencillamente, "Impresentable, se ha perdido el viejo encanto", son apenas tres comentarios de los lectores. Cabe la pregunta, eso sí, qué encanto es el que supuestamente se ha perdido. ¿El encanto de jóvenes hombres y mujeres borrachos que a grito pelado orinan o incluso intercambian otros líquidos corporales en público?

Que en Mallorca el turismo barato ya no tenga la importancia de hace 20 años se puede lamentar, pera falta no hace. Y dicho sea aparte, los precios en la isla volverán a aumentar a menor ritmo cuando los turistas vuelvan a emigrar a Turquía o Egipto. Hoy por hoy, este no parece ser el caso. Con lo que la isla, pese a toda esta retahíla de reproches, también en 2017 se llenará.