Un avión tiene que quedar en tierra por un defecto técnico, sobre el terreno no se encuentran los requeridos repuestos y resulta imposible dar con otro avión: el resultado de esta concatenación de circunstancias este fin de semana fue un retraso de 50 horas en un vuelo vacacional. En Francia, los sindicatos movilizan en contra de las reformas laborales del presidente Emmanuel Macron, los controladores aéreos cierran el espacio aéreo, y Ryanair tiene que anular 28 vuelos. Tras muchas decisiones estratégicas erradas, la malograda construcción de un aeropuerto en la arena movediza de Brandenburgo y varios extravagantes intentos de rescate, Air Berlin suspende pagos y de repente es incierto si los clientes podrán emprender los vuelos a la isla o a otra parte que compraron con mucha antelación. Lo que se observa y se padece estos días en el transporte aéreo demuestra lo frágil de todo el sistema y lo poco que se requiere para colapsarlo y poner en marcha una espiral bajista en la que - ley de Murphy - todo lo que puede salir mal, saldrá mal. Es este un sistema calculado ajustadamente por algoritmos y ha alcanzado una complejidad casi inabarcable. No está demás ser conscientes de cuando en cuando de su fragilidad, aunque solo sea porque ello permita aguzar la vista sobre la maestría logística de su funcionamiento normal, cuando todo sale como ha de salir. Ahora bien, cuando sucede un colapso (parcial) es antes que nada a las aerolíneas cumplir a rajatabla los muy exactos protocolos y reglamentos de protección al consumidor. Si en vez de ello dan la callada por respuesta y esperan que los perjudicados reclamen por vía jurídica sus derechos, esto es un escándalo. Si, en cambio, los empleados sobre el terreno en estas situaciones se ven superados y toman decisiones equivocadas, ello es también motivo de enfado, aunque con frecuencia perdonable: al fin y al cuenta solo son pequeñas ruedas en el sistema. Igual que todos nosotros, que al fin y al cabo queremos volar lo más lejos posible con la mayor frecuencia por el menor coste posible.