El quien venga a Mallorca a buscarse la vida como autónomo ha de saber sobre todo: trabajar como autónomo. Ello es cierto también en el resto del mundo, pero aquí -donde todos los demás vienen a pasar sus vacaciones- lo es aún un poco más. Que por favor no piense quien en su país de origen haya fracasado con su idea de negocio que currar en Mallorca resulta más fácil. Un autónomo extranjero ha de ser aún más autónomo que en su país de origen. En muchas más cosas de lo que piensa tiene que valerse por si mismo. En Alemania, para muchas informaciones importantes basta llamar por teléfono al colegio profesional o leer una revista especializada. Por desgracia, justo estos canales aquí poco ayudan. Demasiadas veces las cosas más importantes sólo se aprenden a trancas y barrancas sobre la marcha, ensayo y error. Y no solo hay que trabajar de manera más independiente, sino también durante más tiempo. La jornada laboral media de los españoles es más larga. Los autónomos se tienen que currar las vacaciones que ellos mismos se han de pagar.

Las mejoras legales que entrarán en vigor en España en enero, en principio, nada cambiarán de todas estas circunstancias. Claro que puede ser una ayuda si en el futuro algunos gastos para la oficina en casa se pueden desgravar de los impuestos. También la reducción de la cuota de la Seguridad Social para nuevos autónomos significa más dinero a fin del mes. Pero hablando sinceramente: estos cambios no deciden sobre el éxito o el fracaso de un autónomo.

Quíen a pesar de estas advertencias sigue teniendo ganas de lanzarse a la vida de autónomo en Mallorca, no debería detenerse. Quien haya entendido que también en Mallorca trabajar significa trabajo podrá aprovechar de verdad las ventajas de la isla y ser feliz. Y sí, es cierto: el camino hacia la playa es más corto, el día en el invierno más largo, el pescado del mercado más fresco y también el vino tinto sabe mejor.