Die Aufmerksamkeit der Menschen ist ein knappes Gut, und wenn Corona in der öffentlichen Wahrnehmung nur noch eine Nebenrolle spielt, liegt das nicht nur an der kontinuierlich sinkenden Zahl der Schwererkrankten. Der Ukraine-Konflikt mit seinem Eskalationspotenzial überschattet alles. Wer will sich noch Sorgen über eine Infektion machen oder über die Maskenpflicht diskutieren, wenn in der Berichterstattung über chemische und atomare Waffen und die Gefahr eines dritten Weltkriegs gesprochen wird? Da passt es nur ins Bild, dass Spanien die Corona-Pandemie nach gut zwei Jahren jetzt quasi zur Grippewelle herabstuft: Quarantäne ist ab kommenden Montag, von Ausnahmen abgesehen, nur noch für schwere Verläufe vorgesehen. Nur bei gefährdeten Personengruppen sollen die bisherigen Maßnahmen weiter gelten. Dazu zählen alle Menschen über 60 sowie solche mit einer Immunschwäche, außerdem Schwangere und Mitarbeiter des Gesundheitswesens.

Die virale Gefahr und der Angriffskrieg haben dabei seltsame Parallelen, in ihren Anekdoten wie auch in ihrer Tragweite. Wieder werden hier und dort Regale leer gekauft, statt Toilettenpapier ist es jetzt Sonnenblumenöl. Wieder werden Verschwörungserzählungen und Fake News verbreitet. Wieder verhindert es das Phänomen der Aufmerksamkeitsökonomie, dass wir angesichts des einen großen Themas mit seinen gravierenden humanitären und wirtschaftlichen Folgen andere Probleme ausreichend wahrnehmen – vom Hunger in Somalia über die ungebremste Plastiklawine bis hin zur Klimakrise. Und Stichwort Corona: Es sollte Zeit bleiben, Lehren aus zwei Jahren Pandemie zu ziehen, Wirksamkeit sowie Nebenwirkungen der Restriktionen zu erforschen und zu analysieren, was in der öffentlichen Debatte schiefgelaufen ist. 

De la pandemia a la ola de gripe

La atención humana es un bien escaso y si el covid ya solo juega un papel secundario en el debate público ello no solo se debe a la continua disminución del número de enfermos graves. El conflicto de Ucrania, con su potencial de escalada, lo ensombrece todo. ¿Quién pretende seguir preocupándose por una infección o discutir sobre las mascarillas cuando en las noticias se habla de armas químicas y nucleares y del peligro de una tercera guerra mundial? Encaja en este panorama que España rebaje ahora, después de dos años, la pandemia del covid a algo así como una ola de gripe: a partir del próximo lunes, con algunas excepciones, la cuarentena solo será obligatoria para los casos graves.

Y eso que el peligro del virus y el ataque de Rusia tienen extraños paralelismos, tanto en lo anecdótico como en su alcance. De nuevo, algunas estanterías de los supermercados se vacían, en lugar de papel higiénico ahora es el aceite de girasol. De nuevo, se difunden narrativas conspirativas y noticias falsas. De nuevo, ante un tema tan predominante, el fenómeno de la economía de la atención nos impide prestar suficiente atención a otros problemas y sus graves consecuencias humanitarias y económicas, desde el hambre en Somalia pasando por la descontrolada avalancha de plástico hasta la crisis climática. Y hablando del covid: debería haber tiempo para aprender las lecciones de dos años de pandemia, investigar la efectividad y los efectos secundarios de las restricciones y también anlizar lo que ha salido mal en el debate público.