Hervorragende Arbeitsmarktzahlen und das neue Tourismusgesetz, das immer mehr Akzeptanz findet : Francina Armengol hat gerade durchaus positive Nachrichten über die Ergebnisse ihrer Arbeit zu vermelden. Das ist nach diesen zwei Jahren bitter nötig. Gleichzeitig ist es sicherlich auch das erste Wahlkampfzucken für kommendes Jahr. Aber natürlich weiß auch Armengol, dass diese Erfolge nur wenig Einfluss auf die Wahlentscheidung der Inselbewohner haben werden. Die dramatische Lage auf dem Wohnungsmarkt etwa dürfte eine wesentlich größere Rolle spielen. Auch die niedrigen Einkommen bei rasant steigenden Preisen – trotz boomender Wirtschaft – sorgen für sozialen Unmut.

Und dann sind da noch die Koalitionspartner: Més und Podem ringen um ein Profil in dieser Regierung, in der alles von Armengol und ihrem bisweilen etwas selbstgefälligen Sidekick, Tourismusminister Iago Negueruela, überstrahlt wird. Das Problem für die Ministerpräsidentin ist, dass dieses Gefühl, ein Anhängsel zu sein, eher durch koalitionsinterne Attacken als durch eine visionäre Politik kanalisiert wird. Denn es gibt nicht wenige Stimmen bei den kleinen, linken Parteien, die lieber in die Opposition gehen würden, als noch einmal Armengol ihr Votum zu geben. Die aber ist genauso darauf angewiesen wie auf eine wesentliche Entscheidung bei der Opposition: Wird die in vielen Belangen hochtalentierte Marga Prohens ihre Seele verkaufen und mit den Rechtsextremen koalieren? Diese Frage könnte am Ende sogar noch wichtiger sein als eine gute Lösung für den Wohnungsmarkt.

Jung, hip, konservativ - Marga Prohens hat viele Facetten Foto: Bendgens

Los apéndices de Armengol y el alma de Prohens

Un mercado laboral animado y una nueva ley turística que cada vez encuentra más aceptación: Francina Armengol últimamente puede presumir de los frutos de su trabajo. Después de semejantes dos años, falta que hacían. Al mismo tiempo, son las primeras palpitaciones de la campaña electoral del año que se avecina (pág. 6). Armengol, por supuesto, sabrá que estos éxitos no tendrán mayor influencia sobre la decisión en las urnas. La dramática situación en el mercado de la vivienda seguramente jugará un papel mucho más importante. También los bajos sueldos, combinados con un coste de vida disparado, son fuente de malestar social pese a la pujanza económica.

Y además están los otros partidos del Pacte: Més y Podem están luchando por un perfil propio en este gobierno eclipsado por la presidenta y su algo vanidoso sidekick, el conseller de Turismo Iago Negueruela. El problema para la presidenta es que esta sensación de ser un mero apéndice no se canaliza tanto en visiones políticas como en rivalidades internas dentro de la coalición. No hay pocos dentro de los partidos de izquierda que preferirían ir a la oposición que volver a darle su voto a Armengol. La cual, sin embargo, dependerá de ellos tanto como dependerá de una decisión trascendental de la oposición: ¿La en tantos ámbitos extremadamente talentosa Marga Prohens venderá su alma y hará un pacto con la extrema derecha? Esta pregunta podría acabar teniendo más peso incluso que una buena solución para el problema de las viviendas.