Neue Saison, neue Gesichter: Beim kürzlichen Besuch in einem Café an der Strandpromenade entpuppt sich der Wirt als alter Bekannter, er arbeitete bis zum Vorjahr im Gesundheitswesen. Die Arbeit dort habe ihm zuletzt nicht mehr gefallen, er habe hingeschmissen, erzählt er – jetzt will er in der Gastronomie durchstarten.

So ist das eben mit Corona: Die Pandemie hat auch die Arbeitswelt durchwirbelt. Angestellte müssen oder wollen sich neu orientieren. Der Bedarf an Mitarbeitern sinkt in manchen Branchen ins Bodenlose, um dann wieder sprunghaft zu steigen. Gleichzeitig beschert das Virus dem Gesundheitswesen einen enormen Bedarf an Arbeitskräften, und die hohen Krankenstände wegen Corona in der gesamten Wirtschaft machen die Planung auch nicht leichter. Vor allem aber: Die Pandemie macht sichtbar, woran es schon vor Corona mangelte, nämlich an einer qualifizierten Berufsausbildung auf breiter Front – etwa in der Hotellerie –, an der Qualität der Arbeitsbedingungen – etwa für Lkw-Fahrer – sowie auch an zumutbaren Lebenshaltungskosten auf der Insel – Stichwort Wohnungsnot.

Die Forderungen nach höheren Gehältern, besseren Verträgen und mehr Wertschätzung für fleißige Mitarbeiter zielen deswegen in die richtige Richtung, greifen aber zu kurz. Zielführender wäre eine öffentliche Debatte darüber, wie möglichst vielen jungen Leuten auf Mallorca eine solide Berufsausbildung ermöglicht und auch schmackhaft gemacht werden könnte. Vielleicht lassen sich dann auch manche der weiteren Probleme leichter lösen.

Ya antes de la pandemia faltaba personal cualificado

Nueva temporada, nuevas caras: visitando hace poco un café en primera línea, el propietario resultaba ser un viejo conocido, que había trabajado en el sector sanitario hasta el año pasado. Contó que allí ya no le gustaba el trabajo y lo dejó; ahora quiere salir adelante en el negocio de la restauración.

Así van las cosas con el covid: la pandemia también ha sacudido el mundo laboral. Los empleados deben o quieren reorientarse. En algunos sectores, la demanda de empleados cae en picado, para volver a aumentar de un día al otro. Al mismo tiempo, el virus causa una enorme demanda de mano de obra en el sector sanitario y las numerosas bajas debidas al covid en toda la economía dificultan la planificación. Pero sobre todo la pandemia hace visible lo que ya faltaba antes del covid: una amplia y cualificada formación profesional –por ejemplo, en la hostelería–, una mejora de las condiciones de trabajo –por ejemplo, en el caso de los transportistas–, y unos costes de vida razonables en una isla afectada por la crisis de la vivienda.

Por tanto, las demandas de subidas salariales, mejores contratos y más aprecio por los empleados que trabajan duro van en la dirección correcta, pero se quedan cortas. Un enfoque más eficaz sería un debate público sobre cómo lograr que el mayor número posible de jóvenes obtenga en Mallorca una sólida formación profesional y cómo hacer esta opción más atractiva. Tal vez entonces, algunos de los otros problemas se resolverían más fácilmente.