Zumindest das Narrativ ist schon mal da: Wegen der hohen Energiepreise in Deutschland sind viele Bundesbürger geneigt, längere Zeit im Winter auf Mallorca Urlaub zu machen. Die Erzählung ist ja auch in sich logisch und attraktiv: Während in Deutschland die Preise für Erdgas außer Kontrolle geraten, fliegt man in die Sonne und muss weder draußen noch drinnen frieren.

Beim näheren Hinschauen tun sich allerdings Fragen auf. Lässt sich wirklich sparen, wenn viele Kosten in Deutschland wie etwa die Miete weiterlaufen? Einkalkuliert werden müssen auch höhere Reisepreise, sei es für den Flug im ausgedünnten Flugplan sowie für Hotel und Restaurants, schließlich passt auch Mallorca seine Preise an die anhaltende Inflation an. Und wer will schon von Stullen aus dem Supermarkt leben? Wer also wirklich mit Mallorca sparen will, muss lange bleiben, spezielle Angebote für Überwinterer in Anspruch nehmen und seine Reisekasse genau im Auge behalten.

Andererseits entflieht man mit der Reise auf die Insel nicht nur hohen Energiepreisen, sondern auch der miesen Stimmung. Auf Mallorca gibt es keine Waschlappen-Debatte, keinen Ansturm auf Campingkocher aus Angst vor dem Burn-out, wenig Nachrichten über eine drohende Rezension. Und die News über den Ukraine-Krieg muss man ja nicht unbedingt einschalten oder lesen. Zumindest für kurze Zeit möchte man dieser allgegenwärtigen Mehrfach-Krise den Rücken kehren. Das ist freilich ein anderes Narrativ – das von der seligen Insel Mallorca, wo trotz allem die Sonne scheint.

Escaparse a Mallorca

El relato, al menos, ya está ahí: debido a los altos precios de la energía en su país, muchos alemanes tienden a pasar más tiempo de vacaciones en Mallorca en invierno. Resulta lógico y atractivo: si el precio del gas natural se desborda en Alemania, volamos en dirección al sol y así no habremos de pasar frío ni por dentro ni por fuera.

Visto más de cerca, sin embargo, surgen interrogantes. ¿Es realmente posible ahorrar dinero si se mantienen muchos gastos en Alemania, como el alquiler? ¿No se ha de tener en cuenta también la subida de los costes del viaje, tanto por los billetes aéreos encarecidos por una menor oferta como de los hoteles y restaurantes? Al fin y al cabo, también en Mallorca se ajustan precios por la inflación. ¿Y quién quiere vivir a base de bocadillos de supermercado? De modo que quien realmente pretenda ahorrar trasladándose a Mallorca, tendrá que quedarse mucho tiempo, aprovechar las ofertas para estancias largas y vigilar el presupuesto de viaje.

Por otra parte, con el viaje a la isla no sólo se huye de los altos precios de la energía, sino también del pésimo ambiente reinante en Alemania. En Mallorca, no hay colas para comprarse cocinillas portátiles por miedo a apagones, y las noticias sobre una inminente recesión son escasas. Y tampoco hace falta encender o leer las noticias sobre la guerra de Ucrania. Al menos durante un tiempo, se podría dar la espalda a esta omnipresente crisis. Claro que en este caso el relato es distinto: el de la dichosa isla de Mallorca, donde el sol brilla a pesar de todo.