Die balearische Ministerpräsidentin Francina Armengol machte aus ihrer Gerührtheit über den Fund der sterblichen Überreste von Aurora Picornell keinen Hehl. „Ich habe Gänsehaut. Wegen Momenten wie diesem bin ich in der Politik“, schrieb die Sozialistin in den sozialen Netzwerken. „Die Balearen sind jetzt eine bessere Demokratie und Gesellschaft.“ So viel Pathos wegen der Klärung eines historischen Falls politischer Gewalt nach rund 85 Jahren?

Dass es bei der Vergangenheitsbewältigung auf Mallorca wie auch im Rest Spaniens große Versäumnisse und enormen Nachholbedarf gibt, das ist keine neue Analyse. Die Gräueltaten der Putschisten im Bürgerkrieg (1936–1939) wurden in der Franco-Diktatur totgeschwiegen und auch in der jungen Demokratie nach Francos Tod 1975 nicht aufgearbeitet. Von daher sind die jetzigen Erfolge bei den Exhumierungsarbeiten ein wichtiges Stück Vergangenheitsbewältigung. Die balearische Linksregierung macht dabei vor, was dank eines neuen Gesetzes auch spanienweit gelingen soll.

Und dabei gilt weiterhin: Es werden keine alten Wunden aufgerissen. Es sind vielmehr Wunden, die sich nie geschlossen haben. „Es sind zu viele Menschen gestorben, ohne zu wissen, wo ihr Vater, ihr Bruder oder ihr Onkel verscharrt wurde“, so Armengol einmal gegenüber der MZ.

Und auch die jetzigen Erkenntnisse sind kein Schlusspunkt, sondern ein Anfang in jeder Hinsicht. Wissenschaftlich: Zu viele Fragen sind noch ungeklärt. Politisch: Es fehlt an einem umfassenden Konsens. Und gesellschaftlich: Es fehlen ein würdiger Gedenkort und ein eigenes Museum.

La memoria histórica es más que piel de gallina

La presidenta del Govern balear, Francina Armengol, no ocultó su conmoción ante el descubrimiento de los restos de Aurora Picornell (pp. 28-29): „Tenc la pell de gallina. Per moments com aquest, estic en política“, escribió la socialista en las redes sociales. „Avui Balears és una democràcia i una societat millor“. ¿Tanto pathos por el esclarecimiento de un caso histórico de violencia política después de casi 85 años?

No es nuevo el análisis de que hay grandes omisiones y demoras respecto a la memoria histórica tanto en Mallorca como en el resto de España. Las atrocidades cometidas por los golpistas en la Guerra Civil (1936-1939) fueron silenciadas durante la dictadura y no fueron tratadas en la joven democracia tras la muerte de Franco en 1975. Por lo tanto, los éxitos actuales en las campañas de exhumación son una pieza importante para reconciliarse con el pasado. El Govern de izquierdas en Baleares está dando ejemplo de lo que se quiere conseguir en toda España gracias a una nueva ley.

Y sigue siendo cierto que no se están abriendo viejas heridas. Más bien, son heridas que nunca se han cerrado. „Demasiada gente ha muerto sin saber dónde estaba enterrado su padre, su hermano o su tío“, dijo Armengol en una ocasión al MZ. Y los resultados actuales tampoco son una conclusión, sino un comienzo en todos los sentidos. Desde el punto de vista científico: todavía hay demasiadas preguntas sin respuesta. Desde el punto de vista político: el consenso sigue siendo incompleto. Y socialmente: faltan un monumento digno y un museo.